26 abril 2023

Síndrome del pie caliente por Pseudomonas

¿Os acordáis de los pies de Serena, con su hidradenitis ecrina palmoplantar? Pues bien, Francesca no tenía eso exactamente, pero hay que reconocer que se le parecía un montón. Lo que le pasaba a Francesca se llamaba síndrome del pie caliente por Pseudomonas (hot foot syndrome), una curiosa infección cutánea descrita por primera vez en el año 2001, producida por Pseudomonas aeruginosa, que se presenta clínicamente de manera prácticamente idéntica a la hidradenitis ecrina palmoplantar. Tanto es así, que existe un debate sobre si es o no la misma entidad (aunque el hecho de que el bicho en cuestión tenga un papel etiológico hace que se trate como enfermedades distintas). Y aprovecho aquí para recordar que “Pseudomonas” es como “gilipollas”, que aunque sea en singular, se escribe con “s” final.

Los pies de Francesca, 10 días más tarde
Se cree que las glándulas ecrinas en los niños son funcionalmente inmaduras y que, en situaciones de trauma mecánico, fricción y temperaturas elevadas, se afectarían fácilmente. Seguramente por este motivo la hidradenitis ecrina palmo plantar es más frecuente en los meses cálidos. Si además hay una Pseudomonas de por medio, ya tenemos el llamado “pie caliente”, que puede doler un poco más y, si tenemos suerte y vemos alguna pústula, nos puede crecer la bacteria en un cultivo, como pasó en el caso de Francesca. Habitualmente la principal diferencia es que suele producir brotes comunitarios, casi siempre en piscinas y suelos de vestuarios o gimnasios. El hecho de que Francesca utilizara ella sola el vestuario seguramente explicaba que sólo le hubiera pasado a ella y no a ningún otro compañero de equipo.

Sea como fuere, Francesca tuvo la suerte de que le atendió el Dr. Joan Francesc Mir-Bonafé, uno de mis compañeros en el hospital, quien conocía perfectamente la entidad, confirmándose la infección tras un cultivo de una de las pústulas. En cualquier caso, más allá del acierto diagnóstico (que sí da tranquilidad a la paciente y a su familia), este cuadro se resuelve espontáneamente en 2-4 semanas y casi nunca es necesario pautar tratamiento antibiótico. Sí que deberemos recomendar la desinfección del lugar (o de las aguas de la piscina, si fuera el caso). Y, evidentemente, el consejo de llevar chanclas en esas zonas comunes, como los vestuarios de las zonas deportivas.

Quizá lo más relevante de este cuadro es diferenciarlo de otras enfermedades que se le pueden parecer, ya que no es raro que un paciente pediátrico nos consulte por nódulos dolorosos acrales. Los principales diagnósticos diferenciales que deberemos tener en cuenta incluyen: la urticaria traumática plantar (brotes recidivantes de máculo-pápulas eritematosas plantares, pruriginosas o dolorosas, que aparecen horas después de una actividad física intensa); el eritema nodoso plantar infantil (que cursa con nódulos muy dolorosos, generalmente precedidos de alguna infección o ingesta de medicamento y que se resuelven de forma más lenta, dejando hiperpigmentación postinflamatoria), la perniosis (más en invierno, en su día también asociado al COVID-19) y la hidradenitis ecrina palmoplantar, idéntica, pero de manera aislada y sin la implicación de ninguna bacteria.

Nuestro compañero volvió a visitar a Francesca 10 días más tarde, las lesiones habían mejorado mucho y el dolor había remitido por completo sólo con tratamiento sintomático (ibuprofeno). Desde aquí nuestro agradecimiento por compartir este interesante caso.

Me despido con este vídeo, un timelapse del suroeste de los Estados Unidos de América, con paisajes que no se terminan nunca. Hasta el sábado.

Southwest USA Timelapses from Timelapse Mexico on Vimeo.

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