Las
garrapatas son unos simpáticos artrópodos hematófagos de la clase de los ácaros (así que no vayáis por ahí diciendo que son insectos), con más de 35 especies descritas en España, algunas de las cuales son capaces de actuar como vectores de diferentes enfermedades que pueden afectar a las personas. Y aunque cuando hablamos de garrapatas y enfermedades las primeras que nos vienen a la cabeza (al menos en nuestro país) son la
fiebre botonosa mediterránea y la
enfermedad de Lyme, vale la pena conocer el
DEBONEL/ TIBOLA por considerarse una zoonosis “emergente” en algunas zonas de nuestro país que típicamente afecta a población pediátrica. Antes de nada, agradecer a
Miguel Ángel Miranda, profesor de Zoología Aplicada de la
Universitat de les Illes Balears, la información referente a las garrapatas mallorquinas, gracias en parte a la tesis doctoral de
Miriam Monerris (2016).
Empecemos por el nombre, más bien curioso: DEBONEL/ TIBOLA, así, en mayúsculas, ya que en realidad no es más que un acrónimo de
DErmacentor-BOrne-Necrosis-Erythema-Lymphadenopathy (DEBONEL) y de
TIck-BOrne-LymphAdenopathy (TIBOLA). Es una patología relativamente reciente, al menos en su descripción, y es que aunque se habían observado casos anteriormente tanto en Hungría como en España, no fue hasta 1997 cuando Raoult y colaboradores, en Francia, demostraron que
Rickettsia slovaca era el principal agente implicado, aunque años más tarde se ha podido demostrar que otras especies de Rickettsia, como
R. raoultii y
R. rioja, pueden provocar el mismo cuadro (esta última parece la responsable de al menos la mitad de casos españoles).
El vector transmisor de esta rickettsiosis es la hembra adulta de
Dermacentor marginatus, que a diferencia de otras garrapatas, tiene la particularidad de que se encuentra más activas en los
meses fríos del año, así que este cuadro se suele ver entre noviembre y primeros de mayo. Y por algún motivo (quizá porque esperan a su huésped en la vegetación, a un metro y medio de altura, o en animales con pelo), sus principales “objetivos” suelen ser las cabezas de niños y mujeres.
Dermacentor marginatus es una especie que se encuentra en Marruecos, Italia, Suecia, Polonia, Alemania, España y al este de Asia. En España presenta una distribución general por todo el país, citándose también en las Islas Baleares.
Centrándonos un poco más en el cuadro clínico, parece que después de un periodo de incubación variable que oscila entre los 4-5 días, aparece una escara necrótica rodeada de un halo eritematoso, típicamente localizada en la cabeza (90%), y en cualquier caso, siempre en la mitad superior del cuerpo. Otro dato característico es la presencia de adenopatías regionales dolorosas, que frecuentemente se asocian a cefalea y contracturas musculares cuando se localizan a nivel cervical. Hasta la mitad de los pacientes presentan febrícula y en un 25% se objetiva fiebre de > 38ºC. Es frecuente que la escara inicial evolucione de una manera tórpida, incluso cuando se realiza de entrada el tratamiento adecuado, pudiendo persistir hasta 1-2 meses y hasta uno de cada 3 pacientes desarrollan una alopecia cicatricial persistente en la zona, que es la única secuela descrita de la enfermedad, aunque en la fase aguda, aparte de la fiebre y de la cefalea, sí se han descrito astenia, mialgias, artralgias y pérdida de apetito. Si se realiza una analítica a estos pacientes podemos observar elevación de VSG, leucocitosis (o leucopenia), monocitosis, trombocitopenia y, en algunos pacientes, una discreta elevación de las transaminasas.
Si se conoce el cuadro clínico no suelen ser necesarias otras
exploraciones: la serología tiene sus limitaciones en este caso, ya que existe reactividad cruzada con otras especies de Rickettsia y las técnicas de biología molecular (en suero, punción ganglionar, biopsia cutánea o a partir de la misma garrapata) no siempre es posible.
Así que, ante un cuadro compatible, lo más importante es la sospecha clínica y realizar un
tratamiento adecuado, ya que parece acortar el cuadro clínico. La pauta más aceptada en el DEBONEL es
doxiciclina 100 mg/12h durante 10-14 días.
Josamicina 500 mg/d x 14 días y
azitromicina 10 mg/kg/d durante 5 días son alternativas seguras en embarazadas y niños, respectivamente, aunque vale la pena recordar que se puede utilizar doxiciclina en niños al tratarse de una pauta corta (si el niño pesa > 45 kg, a la misma dosis que en adultos y en menores de 45 kg, 2,2 mg/kg/dosis -máximo 100 mg- cada 12h).
A
Pol le pautaron josamicina, con resolución de la sintomatología, aunque 12 años más tarde tiene un “recuerdo” en forma de una pequeña placa alopécica en esa zona, como podéis ver en la imagen.
Finalmente, para aquellos que residáis en la isla de Mallorca y os encontréis alguna garrapata adherida en vuestras propias carnes o en las de algún paciente con síntomas, existen estudios en marcha en la Universitat de les Illes Balears coordinados por el Dr. Miranda, a quien os podéis dirigir y enviar el bicho en cuestión, previo contacto por mail (ma.miranda@uib.es). Detectar la presencia de patógenos en las garrapatas que circulan por aquí sería muy interesante. Para ello, lo mejor es congelar el bicho (o conservarlas en etanol a efectos identificativos).
Y si esperabais un vídeo de garrapatas, pues lo siento. Hoy la cosa va de drones. En South Devon (Reino Unido).
Devon by Drone from Arthur Cauty | Filmmaker on Vimeo.