Aunque el cuadro que presentaba
Yolanda era muy aparatoso, si nos fijábamos en las lesiones individualmente podíamos ver que se trataban de pápulas con un
punto central con
vesiculación, imagen altamente sugestiva de
picadura de insecto.
Es curioso, porque cuando realizamos un diagnóstico de estas características la reacción del paciente (o familiares) casi siempre es de absoluta incredulidad. Podemos diagnosticar la enfermedad más rara que se nos ocurra y el paciente no pondrá ningún reparo, pero lo de “picaduras” no se acepta fácilmente. Y la primera pregunta siempre es: ¿picaduras de qué? Pero claro, eso ya no es tan fácil de contestar (se dice el pecado, pero no el pecador).
Claro que a veces las lesiones nos pueden dar alguna pista para descubrir al presunto culpable. Teniendo en cuenta que nos encontramos en España, ante lesiones como las de Yolanda podemos pensar en pulgas, chinches o mosquitos, aunque la presencia de múltiples lesiones, de distribución “en línea” nos hace pensar más en seres que caminan respecto a los que vuelan.
Las
pulgas pertenecen al orden
Siphonaptera. Estos insectos hematófagos no poseen alas y son capaces de saltar una altura considerable (18 cm). Además de la picadura, hay que tener en cuenta que algunas especies son capaces de transmitir enfermedades (peste bubónica o tifus endémico). Aunque lo más frecuente es que produzcan una irritación mínima en personas no sensibilizadas, pero en individuos sensibilizados (sobre todo niños), la saliva antigénica es capaz de producir una urticaria papular o reacciones ampollares.
|
Micrografía electrónica de una pulga. Tomada de Wikipedia: http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Ctenocephalides-adult-flea.jpg |
Por otra parte, el orden
Hemiptera comprende la familia
Cimicidae, que incluye la especie
Cimex lectularius (chinches). La chinche común (en inglés conocida como
bed bug) ha sido un azote para la humanidad durante siglos. Se alimenta de noche (aunque este bicho es capaz de estar un año sin comer) y de día permanece oculta en grietas y hendiduras de las camas, marcos de cuadros, papel de la pared, etc. Son atraídas por el calor corporal y la producción de CO2 de la pobre víctima. Se ha postulado su papel como vectores de enfermedades, y aunque se ha demostrado que pueden albergar patógenos como el de la hepatitis B, no existen actualmente evidencias de que sean vectores en su estado natural. Las lesiones consisten en pápulas agrupadas, a menudo lineales, a veces con un centro hemorrágico. También son posibles las reacciones ampollares.
|
Chinche común (Cimex lectularius) |
Pero lo que está claro es que lo más importante es realizar un
diagnóstico correcto, para evitar exploraciones y tratamientos innecesarios.
Respecto a las
medidas terapéuticas, por una parte van dirigidas a controlar la sintomatología y la eventual sobreinfección bacteriana, de manera que es correcto utilizar
antihistamínicos orales y
corticoides tópicos de potencia media-alta (asociados o no a antibacterianos). En este punto es interesante remarcar que los antihistamínicos tópicos, ampliamente utilizados y recomendados en muchas oficinas de farmacia, son potenciales sensibilizantes y por lo tanto, no forman parte del esquema de tratamiento en estos casos. Evidentemente, si los bichos han dejado de actuar, con unos pocos días de tratamiento el prurito y las lesiones irán remitiendo, si bien en muchas ocasiones puede persistir una hiperpigmentación postinflamatoria durante algún tiempo.
Pero en algunas ocasiones la situación se puede cronificar y esto, además de poner en duda nuestro brillante diagnóstico, puede ser más complicado de solucionar, de manera que ante estos cuadros tendremos que intentar hacer algún tipo de tratamiento erradicador. En el caso de las pulgas, una vez hemos tratado si procede a nuestros mejores amigos caninos (o felinos), nos queda echar insecticida por toda la casa y ventilar bien. Si se trata de chinches podemos tener que recurrir a servicios profesionales. Me dejo los repelentes para comentarlo otro día.
Nunca supimos qué bicho fue el responsable de las picaduras de
Yolanda (nunca se encontró el “arma del crimen”), pero las lesiones se resolvieron fácilmente después de unos días de corticoides tópicos y un antihistamínico de primera generación administrado por las noches.
Y con esto y un bizcocho… hasta el sábado 30 a las 8, porque me voy de vacaciones y no es plan estar pensando en enfermedades. Espero que no me piquen muchos bichos (y si no, tendré material para la vuelta). Sed buenos.
Hoy un poco de música y color...
Matthew and Me - Old Flame Alight from
SoundsCommercial on
Vimeo.