miércoles, 6 de febrero de 2019

Pediculosis corporis: unos piojos diferentes

He de confesar que el sábado no os expliqué el caso tal y como sucedió, pero fue con la finalidad de mantener la intriga unos días. En realidad, la neumóloga que ingresó a Luciano vino a la consulta con unos bichitos que se había encontrado en las sábanas de la cama de nuestro paciente. Los metió en un bote y nos los trajo a la consulta. Primero los pusimos bajo el microscopio con la lente de menor aumento, pero eran tan gordos que no se veían enteros, así que luego los observamos con el dermatoscopio, y lo cierto es que quedaron bien majos en la foto. Eran piojos del cuerpo, que campaban a sus anchas por la habitación y por el cuerpo de Luciano. Hicimos bien en aislarlo.
P. humanus humanus al microscopio (x5)

En realidad, los piojos del cuerpo se parecen bastante a los de la cabeza (son variantes de la misma especie). Su nombre científico es Pediculus humanus humanus. El bichito en cuestión mide entre 2 y 4 mm de longitud y es morfológicamente muy parecido a su primo de la cabeza, pero más gordo (en cambio es muy fácil de diferenciar de las ladillas). Vive en la ropa y pone huevos en las costuras, pero pulula por la piel del huésped para alimentarse (como todos los piojos, es hematófago), siendo capaz de sobrevivir hasta tres días “en ayunas”.

En los países occidentales, la pediculosis corporis es típicamente un problema que suele afectar a las personas “sin techo”, por cuestiones de higiene y falta de acceso a duchas, ropa limpia, etc. En el año 2016 la revista British Journal of Dermatology publicó un artículo en el que describían la prevalencia de escabiosis y pediculosis corporis entre los “sintecho” de la región de París. Pues bien, las personas que dormían en lugares públicos tenían una prevalencia de sarna del 6,5% y un 5,4% de pediculosis corporis, mientras que entre aquellos que dormían en albergues la prevalencia bajaba al 0,4% para escabiosis y 0,15% para pediculosis corporis. No tenemos datos en España, pero por proximidad es posible que sea algo parecido.

El prurito es el síntoma principal, aunque algunas personas parece que permanecen bastante “indiferentes” a la infestación. Los hallazgos suelen corresponderse con las excoriaciones por el rascado, de predominio en el tronco. También puede haber hiper o hipopigmentación postinflamatoria o liquenificación (engrosamiento de la piel). Si miramos más detenidamente y tenemos suerte, se pueden ver unos puntitos hemorrágicos en las lesiones más recientes. No es raro observar signos de impetiginización secundaria, con costras melicéricas.

El diagnóstico se realiza por sospecha clínica y tras la identificación de los piojos o de las liendres en la ropa. El diagnóstico diferencial incluye escabiosis (y ojo porque ambas patologías no son excluyentes). El dermatoscopio nos puede ayudar bastante en los casos dudosos. Además deberemos considerar otras enfermedades, como la dermatitis atópica, liquen simple crónico o prurito secundario a enfermedad sistémica (hepatopatía, anemia, insuficiencia renal o neoplasias).

Los mismos bichos, observados con el dermatoscopio

Pero además hay que tener en cuenta que el Pediculus humanus humanus sirve como vector en diversas enfermedades infecciosas, como el tifus epidémico, fiebre de las trincheras y fiebre recurrente. La transmisión de Bartonella quintana a través de estos piojos también se ha asociado a endocarditis infecciosa.

Bueno, ya hemos diagnosticado a Luciano. Y ahora, ¿qué hacemos? Lo primero, retirar la ropa y lavarla a alta temperatura (65ºC), aunque destruirla puede ser una buena opción. Lo segundo, un baño minucioso, de los de jabón (puede ser un syndet) y esponja. Teniendo en cuenta que muchas veces podemos encontrar liendres en el vello corporal, puede recomendarse tratamiento con un pediculicida tópico. Lo más aceptado es utilizar permetrina al 5% en crema durante 8-10 horas, en todo el cuerpo. Posteriormente y para aliviar la clínica inflamatoria, puede recomendarse un corticoide tópico en las zonas afectas durante algunos días, hasta que los síntomas remitan. La ivermectina oral se ha utilizado en ocasiones, pero en general no suele ser necesario su uso.

Hoyos iba a poner un timelapse monísimo, pero creo que os será mucho más útil el vídeo de Naukas Córdoba de hace muy poquito de la fabulosa Marián García hablando de piojos. Risas garantizadas y ciencia a la par.



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