Seguramente Wendy no se habría preocupado de no ser una paciente con un cáncer de mama diagnosticado hacía 5 años, en mama derecha (estadio IIA), con una mastectomía, radioterapia y quimioterapia. Hacía poco más de un año que le habían realizado una mamoplastia de reconstrucción y, justo en la cicatriz, se había empezado a notar unos 3 meses atrás una lesión eritemato-violácea, macular, completamente asintomática, de crecimiento muy lento, de menos de 2 cm. Aunque no le molestaba lo más mínimo, se lo comentó a la oncóloga en una visita de control, quien nos la remitió a la consulta.
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| Imagen dermatoscópica de la lesión |
El resto de exploración era normal, sin lesiones similares
en otras localizaciones. Os dejo también la imagen dermatoscópica, que más que
nada, nos permitió excluir otros posibles diagnósticos.
Y llegó el momento de contestar la interconsulta de oncología y de decidir si tenemos que hacer alguna prueba para llegar al diagnóstico, aunque quizá no haya que darle mayor importancia a esa manchita. Vosotros, ¿qué pensáis? ¿Qué le decimos a Wendy? ¿La dejamos ir o vamos sacando un punch para hacer una biopsia?
Hoy nos despedimos con un vídeo musical, The Alan Parsons Project.


LESION ERITEMATOSA CON DESCAMACION EN BORDES, NO SE SI ESTA INFILTRADA O NO; EN ZONA RADIADA, ME INCLINO A PENSAR EN UN EFECTO TARDIO DE LA RADIOTERAPIA SOBRE LA PIEL.
ResponderEliminarENFERMEDAD BOWEN ¿?
ResponderEliminarEnfermedad de Bowen
ResponderEliminarCon esos antecedentes, sería recomendable descartar un angiosarcoma incipiente. La radioterapia es un factor de riesgo importante.
ResponderEliminarMujer con antecedente oncológico de cáncer de mama derecha estadio IIA diagnosticado hace 5 años, tratada con mastectomía, radioterapia y quimioterapia, y sometida a mamoplastia de reconstrucción hace poco más de un año. Durante el seguimiento, consulta por una mácula eritemato-violácea de crecimiento lento y asintomática en la cicatriz quirúrgica. Dada la clínica y los antecedentes médicos de la paciente, el angiosarcoma cutáneo asociado a radiación debería considerarse dentro de los diagnósticos diferenciales.
ResponderEliminarEl angiosarcoma es un tumor maligno poco frecuente de origen endotelial, que representa menos del 1 % de todos los sarcomas y suele localizarse principalmente en la piel. Se reconocen tres variantes: la forma clásica, la asociada a linfedema crónico y la radioinducida. Esta última se desarrolla dentro del campo previamente irradiado y, en la actualidad, aparece con mayor frecuencia en la piel de la mama tras radioterapia adyuvante, con un período de latencia habitual de 3 a 5 años. A pesar de ello, continúa siendo una complicación poco común.
El diagnóstico se establece mediante una biopsia acompañada de un estudio inmunohistoquímico. Se trata de una neoplasia caracterizada por la positividad de los marcadores CD31, ERG y FLI-1, además de la presencia de amplificación del gen MYC, hallazgo que resulta clave para diferenciarla de la lesión vascular atípica, la cual carece de dicha amplificaión.
Entre los diagnósticos diferenciales, deberían tenerse en cuenta los siguientes:
- Lesión vascular atípica (LVA) post-radioterapia: proliferación benigna de vasos sanguíneos que surge en piel irradiada (latencia: meses a años).
- Linfangiectasias adquirida: dilataciones benignas de vasos linfáticos secundarias a daño linfático por cirugía o radioterapia.
- Metástasis cutáneas de carcinoma de mama: implantes tumorales en la piel procedentes del cáncer de mama original.
La cirugía agresiva constituye el único tratamiento disponible. A pesar de ello, el pronóstico sigue siendo desfavorable, con una alta tasa de recidivas y una marcada tendencia a la diseminación metastásica.
*Comentario realizado por Leonardo Bandiera Popow, alumno de 6º de Medicina (UIB)*.