En Mallorca la leishmania entra en el diagnóstico diferencial de cualquier lesión eritematosa persistente, especialmente en niños y en localizaciones expuestas. En el caso de Artur fue lo primero que se nos pasó por la cabeza, pero cuando lo examinamos con el dermatoscopio no nos quedaron muchas dudas: tenía que tratarse de una leishmania cutánea, o botón de Oriente.
Ya hemos hablado en diversas ocasiones sobre esta entidad. Podéis repasarla en este enlace de una manera más genérica, o en este otro, donde hacíamos mención a los posibles reservorios, recordando que no son sólo los perros. El culpable, como siempre, el vector, la hembra del mosquito Phlebotomus, capaz de transmitir la infección (que en nuestro medio, afortunadamente suele quedar limitada a la piel, en la mayor parte de los casos).
Después de la primera infiltración de Glucantime(R) |
Eritema difuso, vasos lineales y "lágrimas amarillas" |
Al final, en el artículo se describen 4 patrones dermatoscópicos: el primero (26%), con estructuras vasculares y lágrimas amarillas; el segundo (46%), con erosión/ ulceración, hiperqueratosis, un estallido de estrellas blancas y un patrón vascular en la periferia; el tercero (15%), sería una combinación de los dos primeros y el cuarto (11%), con estructuras vasculares. El patrón 1 fue el más común cuando las lesiones se localizaban en la cara, como en el caso de Artur, en el que se seguían viendo las lágrimas amarillas tras 2 infiltraciones de antimoniato de meglumina. Dos años más tarde, la lesión se había aplanado por completo y el eritema había remitido.
Hace tiempo que no nos damos un paseo por Islandia (allí creo que no hay leishmania...).
THIS is what Iceland is all about! from Nordurflug Helicopter Tours on Vimeo.
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