miércoles, 31 de agosto de 2011

Los peligros de la henna negra

La henna (alheña, del árabe الحناء al-ḥinnā´) es un tinte natural de color rojizo que se emplea como tinte del cabello y, además, se utiliza en la técnica de coloración de la piel llamada mehandi. Se extrae de la hoja seca y el pecíolo de la planta Lawsonia alba (Lawsonia inermis), y es de uso común en la India, Pakistán, Irán, Yemen, Oriente Medio y África del norte. Los patrones del mehandi pueden llegar a ser realmente complejos y en algunas culturas se emplean como ornamento nupcial. En Occidente se introdujo en los años 70.


Para preparar la pasta de alheña se trituran las hojas hasta conseguir un polvo verde parduzco y se mezcla con aceites esenciales y zumo de limón, liberándose el tinte de las hojas, y azúcar para dar consistencia. Aplicado en la piel, el tinte se vuelve naranja pálido y con las horas se oscurece hasta adoptar un tono marrón rojizo. La alheña penetra sólo en el estrato córneo de la piel, y la duración del tinte variará en función de la localización anatómica (según el grosor de la piel), aunque sólo es de algunos días.

Según la procedencia del la alheña el tinte puede variar: en la India es rojiza, y la marroquí es de marrón más oscuro. Los colores más oscuros y duraderos se obtienen en palmas y plantas, donde la piel es más gruesa. Para asegurarse un tono más oscuro y una mayor duración se deja la pasta al menos 6 horas, se expone al sol o a otra fuente de calor y se humedece con zumo de limón, sin mojar las primeras 12 horas (aunque mancha la ropa).

Polvo de alheña
La alheña nunca es negra. El color negro se consigue añadiendo a la mezcla una sustancia denominada para-fenilendiamina (PPD). La PPD es un conocido sensibilizante, que se encuentra incluido en la batería estándar del GEIDC (Grupo español de Investigación de Dermatitis de Contacto). Esta sustancia se utiliza principalmente en tintes para el cabello utilizando como oxidante agua oxigenada. También se usa en la industria textil y del cuero. Pueden encontrarse derivados de la PPD en tintas, grasas negras, goma negra y material de fotografía. Además, puede reaccionar de forma cruzada con algunos anestésicos (benzocaína), sulfamidas y filtros solares con PABA (ácido para-amino-benzoico) y con tintes textiles de colores oscuros. Podemos encontrarla bajo otras denominaciones: paraaminofenol, diazobenceno, diaminobenceno, diaminofenol.

Ramón desarrolló una dermatitis alérgica de contacto aguda por la PPD que confería el color oscuro a la henna, una reacción clásica de hipersensibilidad retardada de tipo celular. Le recomendamos tratamiento con un antihistamínico oral, y un corticoide tópico potente, aunque los primeros días, debido a la presencia de vesículas, añadimos fomentos de sulfato de zinc. Las lesiones evolucionaron bien, curándose en unas dos semanas, aunque con una hiperpigmentación postinflamatoria residual persistente. Afortunadamente la PPD no formaba parte de su ambiente laboral.
Pasado el verano, le realizamos unas pruebas epicutáneas, que nos confirmaron la positividad a la PPD. Asimismo le aconsejamos que evitara los tintes oscuros para el cabello (a no ser que le pudieran asegurar que no contenían PPD) y filtros solares con PABA.

En verano de 2008 la AEMPS (Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios) emitió un comunicado alertando de los riesgos de la henna negra, ya que el uso directo de la PPD sobre la piel está prohibido.


PIXELS by Patrick Jean from ONE MORE PRODUCTION on Vimeo.

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