Rita no podía ponerse enferma. Tenía demasiadas cosas de las que encargarse. En realidad, nunca había estado tan ocupada como desde que se jubiló y ahora, a sus 71 años, sus nietos son su principal tarea. Es una de esas superabuelas que tanto abundan y, en ese pacto que afecta a tres generaciones de la familia, las tres partes están encantadas: los hijos conciliando, los nietos bien alimentados y con sobredosis de amor, y los abuelos sucumbiendo a la tentación de malcriar (solo un poquito) a todos esos niños que parecen tener de todo, pero que no están contentos con nada. Afortunadamente Rita está sana, solo toma un medicamento para el colesterol y, además de sus nietos, tiene un sólido círculo de amistades y aún saca tiempo para cuidarse y practicar el deporte que la artrosis le permite.
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Detalle de la areola de la mama izquierda |
Pero hoy tiene cita en dermatología porque desde hace un tiempo le pasa una cosa muy extraña, y es que la areola de la mama izquierda se le ha puesto muy rara y le pica un poco. Se le ha desdibujado, en algunas zonas está más roja y sobreelevada, ha cambiado de forma y ya lleva más de un mes. El año pasado ya le pasó algo parecido, pero con una crema de corticoides se le pasó y ahora le ha vuelto a suceder, pero en esta ocasión con la crema no ha mejorado, así que su médico de familia la ha mandado al dermatólogo y le han dado cita bastante rápido.
Seguro que es una tontería, pero con estas cosas mejor
asegurarse (eso nos dice Rita). Y vosotros, ¿qué pensáis? ¿Será una tontería
sin importancia o tendremos que hacer algo más que recetar una crema? La
próxima semana lo sabremos.
Hoy nos despedimos en las cristalinas aguas de Palau, un sitio alucinante, santuario de tiburones y muchos más misterios submarinos.
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