23 noviembre 2022

Granuloma piógeno, enfermedad de Crocker y Hartzell y el libro de los epónimos

Seguro que nada más ver las imágenes de la lesión de Gerard todos habéis coincidido en el diagnóstico de granuloma piógeno. Lo que quizá no conocíais es que a esta lesión vascular también se la conoce como enfermedad de Crocker y Hartzell.

No es la primera vez que hablamos en este blog del granuloma piógeno, una lesión tumoral benigna, vascular, reactiva, por lo general solitaria, que puede presentarse tanto en la piel como en la mucosa oral, que clínicamente aparece como una lesión exofítica que puede ser pediculada, de superficie lobulada y de tonalidad rojiza, que se ulcera con facilidad, con una gran propensión al sangrado, que puede ser profuso y muy aparatoso, por lo que no es raro que estos pacientes terminen consultando de manera urgente. Aunque la etiología no está del todo clara, se considera que se trata de una lesión reactiva a diversos estímulos, como traumatismos repetidos, factores hormonales y algunos fármacos (sobre todo en formas múltiples), como antirretrovirales, anticonceptivos, rituximab, levotiroxina, carbamazepina, ciclosporina, fenitoína y nifedipino. Se calcula que un 2% de embarazadas pueden desarrollar un granuloma piógeno y también es más frecuente en pacientes con hepatopatías crónicas.

"Epónimos y acrónimos en dermatología"
Pero lo que es aún más interminables es la lista de nombres que, a lo largo de la historia, ha tenido esta entidad tan frecuente: botriomicoma, granuloma telangiectásico, granuloma benigno pedunculado, fibroangioma, granuloma hemangiomatoso, granuloma séptico, hemangioma capilar eruptivo y enfermedad de Crocker y Hartzell. Lo más gracioso de todo es que ni es un granuloma ni tiene un origen infeccioso, así que el término más utilizado, el de granuloma piógeno, es bastante confuso.


Pero el caso de esta semana (a Gerard le extirpamos la lesión en la consulta con anestesia local y posterior electrocoagulación, sin ningún problema) es simplemente una excusa para hablar precisamente de los epónimos en dermatología, a raíz de la reciente publicación por parte de Aula Médica de un interesante libro de los profesores José Carlos Moreno, Eduardo Fonseca y Salvio Serrano (con F. Camacho y Julián Conejo-Mir como coeditores), llamado “Epónimos y acrónimos en Dermatología”, y es que en medicina en general (y dermatología en particular), no son pocas las enfermedades y técnicas que se conocen con un epónimo en honor al autor o autores que las describieron o hicieron aportaciones relevantes.

En el caso que nos ocupa, Hartzell acuño el término de granuloma pyogenicum en 1904 y Henry Radcliffe Crocker describió además el granuloma anular, el eritema elevatum diutinum y la psoriasis punctata.

No sé qué hacéis leyendo estás líneas, deberíais estar todos comprando el libro, es una curiosa manera de repasar la dermatología y a partir de ahora formará parte de mis libros de cabecera para preparar las entradas del blog. Agradecer desde aquí al profesor Moreno, a quien admiro y aprecio muchísimo, que haya tenido la amabilidad de enviarme un ejemplar dedicado.

Hasta el sábado. Os dejo con este vídeo musical. Curiosa manera de presentar la nueva temporada la Australian Brandenburg Orchestra.

AUSTRALIAN BRANDENBURG ORCHESTRA - SEASON 2023 from Michael Hili on Vimeo.

1 comentario:

  1. I enjoyed this this article a lot. Thanks a lot for sharing with us.

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