18 diciembre 2019

Ántrax: suena a arma biológica, pero es una infección por estafilococo

Los abscesos y los forúnculos son colecciones purulentas separadas del tejido circundante por una pared. Mientras que un absceso puede aparecer en cualquier parte del organismo, el forúnculo afecta, por definición, a un folículo piloso. Y cuando varios se juntan y observamos varios orificios de salida, eso se llama ántrax. Al menos en lengua castellana, porque en inglés cuando hablan de “anthrax” se refieren al carbunco, con todas las consideraciones de arma biológica que puede conllevar en algunos contextos. Y para rematarlo, para referirse a lo forúnculos agrupados dicen “carbuncle”. Un lío considerable, vamos. Menos mal que estamos aquí para aclararlo.

Los forúnculos suelen aparecer en adolescentes y adultos jóvenes y el microorganismo culpable con mayor frecuencia es Staphylococcus aureus. Existen ciertos factores predisponentes a este tipo de infecciones, como ser portador crónico de S. aureus, el contacto estrecho con personas afectadas (en el ámbito doméstico o en deportes de contacto), pacientes diabéticos, obesos, higiene deficiente, estados de inmunodeficiencia (enfermedad granulomatosa crónica o síndrome hiper-IgE) y algunos otros síndromes más raros.

Cultivo S. aureus. Foto:  https://www.jble.af.mil/News/Photos/igphoto/2000690666/

Los abscesos son colecciones localizadas de material purulento que se inflaman y que, como hemos dicho, pueden aparecer en cualquier lugar de la piel (y también en otras localizaciones internas). Un forúnculo, en cambio, no es más que un absceso inflamatorio agudo que afecta a un folículo piloso individualmente (y también al tejido circundante) y, por tanto, sólo pueden aparecer en localizaciones cubiertas de pelo (vamos, que no nos puede salir un forúnculo en la palma de la mano). Se localizan habitualmente en la cara, cuello, axilas, nalgas o periné, así como en zonas de roce. Suelen presentarse como nódulos dolorosos, duros, eritematosos que aumentan progresivamente de tamaño y son fluctuantes. Pocas veces dan síntomas generales, pero es relativamente frecuente la presencia de adenopatías regionales. Y si hablamos de ántrax es para referirnos a una colección de forúnculos que se extienden en profundidad y que presentan en su superficie varios trayectos fistulosos que, en ocasiones, pueden ulcerarse, que suelen aparecer en áreas donde la piel es más gruesa (espalda, nuca, muslos), habitualmente con sintomatología sistémica y que pueden dejar cicatriz residual.

La forunculosis crónica o recurrente suele asociarse a estados de portador crónico de S. aureus, que tendremos que investigar en estos casos.

El diagnóstico es clínico y suele ser sencillo (la rotura de un quiste epidérmico puede confundirnos en ocasiones, aunque el tratamiento inicial será el mismo). Respecto a las medidas terapéuticas, en lesiones pequeñas pueden ser recomendables las compresas calientes, ya que aceleran la maduración y el consiguiente drenaje de las lesiones simples. Las lesiones de mayor tamaño o más profundas suelen precisar incisión y drenaje. Además se recomienda antibioterapia sistémica en algunas situaciones concretas: cuando las lesiones se localicen alrededor de la nariz, en el conducto auditivo externo o en otras áreas de difícil drenaje; ante lesiones más extensas, múltiples o graves; ante una celulitis circundante con síntomas o signos de afectación sistémica o, por último, en pacientes con enfermedades crónicas o inmunosuprimidos. Hay que tener en cuenta el elevado porcentaje de forúnculos provocados por S. aureus resistentes a la meticilina, y puede ser adecuado el tratamiento empírico con trimetroprim-sulfametoxazol o clindamicina si no disponemos de un antibiograma. Siempre que sea posible y la situación lo permita, realizaremos una incisión y drenaje, lo que aumenta la tasa de curación. Los pacientes con forunculosis recurrente mejoran tras la erradicación de S. aureus de la mucosa nasal, axilas y periné.

Mi amigo Antonio se curó tras drenar la lesión en la consulta y pautar tratamiento con clindamicina oral y no tuvo otras complicaciones.

Atentos a la semana que viene, que toca caso pediátrico navideño. Pero hoy, el vídeo no puede ser otro que el de la mítica banda que da nombre a este post.


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