sábado, 14 de enero de 2017

Un bulto detrás de la oreja

Purificación venía asustada a la consulta. Su médico la había enviado al dermatólogo con carácter preferente por una lesión que ni siquiera había podido verse. Estaba detrás de la oreja izquierda, y se la había empezado a notar 3 semanas antes, como una especie de bulto que le picaba e incluso había sangrado en una ocasión (se despertó una mañana con la almohada manchada de sangre). Cuando le preguntamos, no recordaba ningún traumatismo previo, ni picadura, ni ninguna otra cosa a lo que poder echarle la culpa. No tenía nada parecido en otras localizaciones, la otra oreja era normal. Y ella se encontraba bien, no había tenido fiebre, ninguna infección ni nada fuera de lo normal.


Se trataba de una lesión no muy bien delimitada, nodular, de casi 3 cm, en la cara posterior del pabellón auricular izquierdo, eritematosa, descamativa en alguna zona e infiltrada al tacto, no pigmentada ni ulcerada.

Purificación tomaba bastantes medicamentos. Tenía 42 años y una epilepsia diagnosticada hacía tiempo. Tomaba paroxetina, pregabalina y oxcarbazepina, aunque todos esos fármacos los tomaba desde hacía más de 1 año. Venía con su madre, que parecía aún más preocupada que la hija. Miradas inquisitivas: ¿Qué era ese bulto? Y como que no lo sé, os pregunto a vosotros. ¿Qué hacemos? ¿Se merece una biopsia lo lo vemos claro? ¿Podemos aventurar un diagnóstico probable? ¿Y el tratamiento? ¿Empezamos alguno o nos esperamos? Igual se va solo… El miércoles lo sabremos (o no…).

Hoy el vídeo es en blanco y negro. Nubes y tormentas. Sin color… Aún más espectacular, si cabe.

Pulse (4K) from Mike Olbinski on Vimeo.

2 comentarios:

  1. Podría ser un abceso retroauricular simple. Lo trataría con antibióticos orales (Cloxacilina 500 ó Clindamicina 300 si alergia) y en caso de que fluctuara se podría drenar mediante incisión quirúrgica dejándolo curar por segunda intención.

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  2. Si bien el poco tiempo de evolución nos ha de hacer pensar en un proceso infeccioso, aunque no consten datos de eosinofília periférica o bien procesos fistulosos de tipo arteriovenoso, muchas veces de origen traumático en la zona, ante estos nódulos, con este aspecto y situados en esta zona, una entidad que no hay que olvidar es la hiperplasia angiolinfoidea con eosinofilia o HALE. Se trata de un trastorno angioproliferativo benigno, poco frecuente, más frecuente en mujeres en la edad media de la vida. Es de evolución crónica, pero benigna, aunque excepcional la involución espontánea de las lesiones.
    En las descripciones iniciales se superpuso como similar a otra entidad, la enfermedad de Kimura, pero se ha visto que son entidades independientes, y de la que constituye su diferencial más importante (ambas dentro de las dermatosis eosinofílicas). La etiología es desconocida y aún no se ha diferenciado si se trata de un proceso tumoral benigno o de una hiperplasia vascular reactiva frente a estímulos de diversa naturaleza
    Clínicamente se describen lesiones como pápulas, nó¬dulos o tumores, eritematosos o eritematovioláceos, de aspecto angiomatoso. de consistencia blanda e irregular. La superficie puede ser lisa y bri¬llante o puede estar ulcerada, en cuyo caso puede san-grar. El diámetro promedio de las lesiones es de 0,5 a 2 cm, aunque pueden encontrarse lesiones de hasta 8 cm de diámetro. Pueden ser únicas (79%) o múltiples (21%), tendiendo a confluir o agruparse en un determinado sitio anatómico, aunque también existen in¬formes de casos diseminados. La localización más frecuente y típica es en cabeza y cuello, sobre todo en orejas y cuero cabelludo; pero tam-bién se han descrito en otros sitios como mucosa oral, tronco, extremidades, región mamaria y genitales. Es excep¬cional su localización extracutánea, pudiendo encontrar¬se a nivel pulmonar y en mucosa nasal e intestinal, donde pueden ponerse de manifiesto como epistaxis o hemorra¬gia digestiva baja. Las lesiones pueden ser asintomáticas o se pueden acompañar de prurito, sensación pulsátil, dolor y/o san¬grado espontáneo o ante mínimos traumatismos. En la mayoría de los casos, la HALE no se acompaña de mani¬festaciones sistémicas, aunque en el 6 al 34% se encuen¬tra eosinofilia periférica y, en hasta el 20%, aumento de IgE o adenopatías locorregionales reactivas.
    El tratamiento variará en función del grado y numero de lesiones. No olvidar que muchas veces las lesiones estan en zonas que pueden dar secuelas estéticas. De ser el caso la isotretinoína oral, la cirugía y algunos laseres(sobre todo laser de colorante pulsado), son las principales opciones. En las lesiones aisladas lo mejor es la cirugía, jugando un papel desfavorable, en su recidiva, la preexistencia de procesos fistulosos. Aunque muchos otros tratamientos con mayor o menor fortuna se han ensayado: Glucocorticoides (locales, sistémicos, intra¬lesionales), pentoxifilina, imiquimod 5% tópico, interferón alfa 2a intralesional, metotrexato, acitretin/isotretinoína oral, ácido retinoico tópico, tacrolimus tópico, crioterapia, electrocoagulación, láser de CO2.
    Poca informacion complementaria esta semana para "lanzarse", ya veremos sino acabamos con antibioticos!!.Saludos.q

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