Cada día se aprende algo, y el otro día en Madrid, en el
curso de patología ungueal organizado por Lourdes Navarro, aprendí muchas
cosas. Quizá esta sea la menos relevante para la vida de nuestros pacientes, pero
comprender lo que ven nuestros ojos siempre es gratificante, sobre todo cuando
el paciente pregunta y nosotros podemos proporcionarles la respuesta. Pues
bien, Amador, nuestro paciente runner, tenía una doble uña en el quinto dedo de
los pies (o uña accesoria), y gracias a que Lourdes es una experta en uñas y se
había leído este artículo de Haneke, pudo diagnosticar correctamente a su
paciente. Y sí, yo también me he quitado los calcetines y me he revisado
concienzudamente las uñas de los pies, aunque no he encontrado nada raro (y
vosotros, ya estáis tardando, porque, aunque está muy poco descrito en la
literatura, no es una entidad tan rara como se pueda pensar). Lourdes publicó
en Actas Dermosifiliográficas este caso, que podéis consultar en este enlace, y
que nos ha servido para repasarnos esta curiosa entidad.
Imagen tomada en otra visita |
Imagen dermatoscópica |
La doble uña del quinto dedo del pie fue descrita en 1969
por Huindeker y, como hemos dicho, es algo relativamente común. La presentación
clínica más frecuente es la aparición de una uña (la quinta) más amplia de lo
habitual, que se encuentra dividida por una hendidura o surco longitudinal,
siendo más pequeña la que corresponde a la uña accesoria, que suele estar en la
parte lateral externa. La cutícula recubre ambas láminas ungueales. Puede ser
uni o bilateral y, cuando ambos pies se encuentran afectados, suele ser muy
simétrico. Sólo en ocasiones produce molestias clínicas o por estética. La
radiografía suele ser normal, aunque en algunos casos se describe una
alteración en la punta de la falange distal en forma de “Y”.
Esta entidad se consideró inicialmente como un proceso
hereditario limitado al grupo étnico de los han (en China). Pero Haneke pudo
constatar que no existía ninguna predilección racial ni étnica. Sí que se ha
propuesto una herencia autosómica dominante, con expresividad variable. En los
casos familiares no existe ninguna predilección por sexos, aunque las mujeres
consultan más por este motivo que los hombres. Se postula que la doble uña del
quinto dedo podría representar una forma inicial de hexadactilia, que incitaría
a una uña rudimentaria. Otros autores abogan por una etiología traumática
(aunque eso no explicaría los casos hereditarios).
Si extirpamos esa uña, la histología puede variar desde una
depresión como un saco de la piel con una hiperqueratosis a modo de placa
ungueal hasta una pequeña uña con su matriz, pliegue proximal, lecho ungueal e
hiponiquio.
El diagnóstico diferencial se debe realizar con la uña
ectópica (crecimiento de uña fuera del lecho ungueal), la espícula post-cirugía
ungueal, la onicofosis (una hiperqueratosis de los pliegues laterales de la uña
secundarios a traumatismos), o con un callo del quinto dedo.
La doble uña del quinto dedo no suele precisar ningún
tratamiento, pero si existen molestias se puede realizar una fenolización de la
matriz accesoria o la extirpación quirúrgica de esa uña auxiliar. No se recomienda
el curetaje ni la electrocoagulación por el prolongado proceso de cicatrización
y por el dolor intenso tras la intervención.
Eso es todo por hoy. Agradecer la generosidad de Lourdes Navarro por habernos prestado este caso, en el que no se indicó ningún tratamiento (y la radiografía simple fue normal). ¡Hasta el sábado!
Trail running from paul schefz on Vimeo.
ufff anda que no vemos uñas así en podología!
ResponderEliminarSuele ir muy bien el fresado en el podólogo.
ResponderEliminarYo tuve una así varios años (no recuerdo si por que me hice daño corriendo o porque me corté mal la uña). Intenté mucho tiempo quitármela a base de tirar y no había manera. Al final terminó cayéndose a las dos semanas de estar usando una crema de corticoides en el pie. Es posible que debilitaran la base que la sostenía.
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