16 octubre 2013

Condrodermatitis nodularis helicis y nitroglicerina

La condrodermatitis nodularis helicis es una patología benigna que afecta la piel y el cartílago del pabellón auricular, y que se manifiesta típicamente como un pequeño nódulo solitario y doloroso a nivel del hélix y, con menor frecuencia en el antehélix.

Para variar, la causa exacta por la que aparece se desconoce, aunque se ha propuesto que podría originarse por una disminución del flujo sanguíneo debido a periodos prolongados de presión sobre el cartílago auricular y el pericondrio, en ausencia de una capa gruesa de tejido celular subcutáneo que proteja estas estructuras. Resulta curioso comprobar cómo en casi todos los casos, la lesión aparece del lado en el que el paciente apoya la cabeza para dormir, e invariablemente la respuesta es siempre la misma: “Es que no sé dormir del otro lado”. Una vez instaurada la isquemia se produciría necrosis del cartílago con la consiguiente eliminación transepitelial de ese material degenerado, de modo que en la actualidad muchos autores consideran la condrodermatitis nodular helicis como una dermatosis perforante. Otros factores que podrían influir son las bajas temperaturas (por la vasoconstricción), el daño actínico, traumatismos previos, etc. La relación con enfermedades sistémicas no está bien establecida, aunque podría ser más frecuente en la dermatomiositis y en la esclerodermia.
También se han descrito en relación a la presión que pueden provocar auriculares, cascos, y juraría que lo he visto descrito en personas muy enganchadas al teléfono móvil (aunque confieso que he sido incapaz de encontrar la referencia).

Imagen dermatoscópica de la lesión de Carlos

Epidemiológicamente suele presentarse en pacientes de ambos sexos (quizás algo más en hombres) de más de 50 años, siendo más frecuente en ancianos.

Clínicamente la lesión se presenta como un nódulo firme y solitario (es muy raro que haya varias lesiones), bastante bien definido, de menos de 1 cm (habitualmente es una pequeña lesión de 4-6 mm), que permanece bastante estable en el tiempo en cuanto a tamaño, de color carne o algo perlada, y a veces con eritema perilesional. La superficie suele ser costrosa. Aunque el diagnóstico puede sospecharse con facilidad por el aspecto de la lesión y la sintomatología dolorosa que produce, no siempre es tan sencillo, y el diagnóstico diferencial debe incluir entidades como la queratosis actínica, el carcinoma basocelular, queratoacantoma y el carcinoma epidermoide. En caso de duda, está indicada la realización de una biopsia.

Desde el punto de vista histológico, la típica lesión de condrodermatitis crónica helicis consiste en un nódulo formado por colágeno homogéneo degenerado, rodeado por tejido de granulación vascular con una epidermis suprayacente acantótica, pudiendo observarse una úlcera central a través de la cual “sale” el colágeno dañado. En casi todos los casos existe inflamación y fibrosis del pericondrio, así como cambios degenerativos en el cartílago. También se observa un incremento de pequeñas terminaciones nerviosas.

Pero el gran reto en la condrodermatitis nodular helicis no es colgarte la medalla de realizar un diagnóstico correcto (como siempre, al paciente le dará igual que lo llames de una manera o de otra). Lo verdaderamente complicado es hacer que la molestia desaparezca y el paciente pueda volver a dormir tranquilamente del lado de siempre.

Espuma protectora (Dermatologic Surgery)

Para variar, y pese a tratarse de un problema frecuente, no existen estudios bien diseñados que permitan establecer un grado de evidencia satisfactorio. Los tratamientos conservadores, que van desde la aplicación de corticoides tópicos (o intralesionales), la crioterapia, la terapia fotodinámica o el empleo de dispositivos para evitar la presión ofrecen tasas de curación entre el 60 y el 85%. Las técnicas quirúrgicas (resección del cartílago) también pueden ser una opción en casos concretos. Pero el tratamiento más curioso consiste en la aplicación de nitroglicerina tópica (sí, la que usan los cardiópatas), cosa que tampoco es tan descabellado si lo que buscamos es ese efecto vasodilatador. Se utiliza nitroglicerina al 2% en gel, aplicado dos veces al día durante unos 3 meses, con tasas de mejoría de hasta el 92%. El efecto adverso más frecuente es la cefalea transitoria, aunque en los casos tratados de condrodermatitis nodular helicis sólo se observó en un 17% de los pacientes. Este breve artículo de nuestros compañeros del Hospital de Sant Pau en Barcelona nos lo explica.

A Carlos, después de un tratamiento fallido con corticoides tópicos, le realizamos una pequeña extirpación en la misma consulta, resolviéndose las molestias, al menos hasta el día de hoy, y ya puede volver a dormir tranquilo.

Y como que hoy me encuentro en la ciudad de Barcelona, no se me ha ocurrido un vídeo mejor que éste para despedirme esta semana.


Barcelona KALEIDOLAPSE from myLapse on Vimeo.

3 comentarios:

  1. Conociendo tu rigor con la precision en la terminologia medica, en el caso de usar “nodularis helicis”, ¿ es indistinto usar condro...que chondro...? . Bé per Barcelona? . Salutacions.

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    1. No creas que lo tengo tan claro. Pero finalmente usé el "palabro" que dieron por bueno en el artículo de Actas DS. Se supone que saben más que yo ;-)

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  2. Yo tengo el mismo problema es un dolor fatal no se puede dormir bien, duele mucho

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