25 enero 2012

Acné infantil: la leche no tiene la culpa

El acné es una de esas entidades en las que muchas veces dudamos de si etiquetarlas como enfermedades o simples procesos fisiológicos. Como todo, depende de la intensidad y del momento, pero también de cómo esas lesiones repercuten en la calidad de vida del que las padece.

De manera muy resumida (seguro que en breve hablaremos más extensamente del acné vulgar) podemos decir que en la patogenia del acné están presentes cuatro elementos en mayor o menor medida: la proliferación de los queratinocitos foliculares, la seborrea, la inflamación y la bacteria Propionibacterium acnes.


Pero el caso de Pablo presenta unas características algo particulares. No podemos hablar de acné neonatal, ya que aunque éste puede producirse en más del 20% de los recién nacidos sanos, las lesiones suelen aparecer alrededor de las 2 semanas de edad y se resuelven espontáneamente antes de los 3 meses de edad (en este caso no observamos comedones, y algunos autores piensan que pueda tratarse de una variante de la pustulosis cefálica neonatal).

Para hablar con propiedad, Pablo tiene lo que se llama acné infantil. El acné infantil se presenta entre los 3 y 6 meses de edad y sí se caracteriza por la presencia de comedones, aunque también pueden aparecer pápulas, pústulas, e incluso (en casos más severos), alguna lesión nodular. En algunos casos pueden producirse cicatrices residuales.

Se cree que el acné infantil se debe en parte a la elevación transitoria de la DHEA que se produce en las glándulas suprarrenales inmaduras. Además, durante los primeros 6-12 meses de vida los lactantes también pueden tener un nivel aumentado de hormona luteinizante que estimula la producción de testosterona. Alrededor del primer año de vida estos niveles comienzan a estabilizarse (hasta que vuelven a aumentar en la adrenarquia). De modo que las lesiones de acné infantil suelen resolverse de manera espontánea entre el primer y segundo año de vida (a veces puede durar hasta los 4-5 años de edad). Y no, aunque lo diga la vecina del 4º o la abuela de Pablo, estas lesiones no se relacionan con ningún componente de la dieta, de manera que no haremos ninguna recomendación al respecto.

Imagen tomada de Flickr. LeoMoon74Photography
Se ha demostrado que los niños con una historia de acné infantil presentan un acné más intenso y severo durante la adolescencia.

En el caso de Pablo, debemos informar a los padres de que este trastorno puede persistir durante muchos meses, y agravarse en la pubertad. Respecto a las medidas terapéuticas, éstas van a depender de la intensidad de las lesiones y de la tendencia a producir cicatrices. A diferencia del acné neonatal (en el que se recomienda no realizar ningún tratamiento específico), en el caso del acné infantil las opciones terapéuticas no difieren demasiado del acné en la pubertad. Sí que debemos tener en cuenta el potencial irritante de determinados tratamientos, y que en este caso, las lesiones de acné suponen un problema únicamente para los padres, así que intentaremos evitar tratamientos demasiado agresivos a no ser que se trate de cuadros severos.

Los tratamientos tópicos incluyen retinoides (adapaleno, tretinoína), peróxido de benzoilo, ácido azelaico y antibióticos tópicos como la eritromicina (recordar que no se deben utilizar los antibióticos tópicos en el acné en monoterapia, de manera que hay que combinarlos con otros agentes no antibacterianos, como retinoides o peróxido de benzoilo). En casos más severos con inflamación muy marcada, la eritromicina oral sería el antibiótico de elección. De manera excepcional (acné recalcitrante con potenciales secuelas en forma de cicatrices permanentes) existe experiencia en la utilización de isotretinoína oral a dosis de 0,2-2 mg/kg/d (recordar que deberemos solicitar el uso compasivo en niños de esta edad). Aparte de los potenciales efectos adversos, existe el problema de que el fármaco no es estable en presencia de luz y oxígeno y es muy complicado ajustar las dosis.

Afortunadamente el caso de Pablo era bastante leve, así que recomendamos peróxido de benzoilo al 2,5% (una aplicación nocturna) y las lesiones se resolvieron al cabo de unos 6 meses dejando unas pequeñas cicatrices atróficas puntiformes que han ido desapareciendo con el tiempo. Consejo: siempre que recetéis una crema que contenga peróxido de benzoilo en su composición advertid que este compuesto destiñe la ropa. Los padres os lo agradecerán.


Hoy os dejo con una pareja que se dedica a hacer arte con la basura de plástico que encuentran en la playa. Da que pensar...

2 comentarios:

  1. de todas formas y solo para asegurarse, seguro que la vecina le recomienda que le retiren el chocolate... nadal

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  2. Como siempre,muy útil y muy didáctico.
    Gracias. Qué suerte tienen los residentes que te tienen como tutora!!

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